jueves, 11 de noviembre de 2010

Carta abierta a la Sra. Rentabilidad

Mi amada Paprika,

Siempre fuiste conmigo fría y calculadora. Y, ahora que lo nuestro ha terminado, quizás para siempre, he de confesarte con dolor que te he sido infiel todo lo que he podido.

¿Te sorprende? Pues teniendo en cuenta los pocos detalles que has tenido conmigo, igual no debería, bonita.

¿Qué es lo que has querido de mí todos estos años?

Me has robado tanto y tanto tiempo… Por momentos, me he sentido como un siervo de la implacable y sangrienta diosa Kali a la que tenía que sacrificar 12 o 14 horas al día, durante los mejores años de mi vida.

Siempre has sido implacable y posesiva. ¿Cuál era tu anhelo más íntimo? ¿Que te entregase mis horas? ¿De eso se trataba? Pues habérmelo dicho el primer día, hace 13 años. Te las hubiera regalado todas juntas. Todas las de mi vida. Te las hubiera regalado y firmado con mi sangre con tal de que fuéramos felices. Los dos.

Pero tú no tienes sentimientos, Paprika. Tu irracional mente binaria te impide entender que hay algo más allá de tus gráficos y tus números. Igual por eso, tampoco llegas a entender por qué te he sido infiel.

Me puedo imaginar como se estremece tu código al escanear esta palabras. Pero debo serte sincero, al menos ahora…Cariño, cuando te decía que estaba dedicado a un proyecto super-rentable, mi mente y mi corazón anhelaban otros más abandonados, menos adinerados o populares, más tristes o alternativos. ¡Y bebía los vientos por ellos!

Cuando iba al baño. Cuando me tomaba un café. En el tren. Mientras conducía a casa. O justo antes de dormirme… dedicaba un tiempo precioso a esos proyectos denostados por ti y para los que solo me habías concedido 2 horas y 3/4 laborables.

Y no se trataba solo de proyectos de cabellos rubios, labios carnosos y curvas prometedoras. No lo creas. Porque no solo era mi corazón creativo el que me inspiraba. Mi espíritu estaba con esos proyectos sencillamente porque creía en ellos y quería darles una oportunidad de ser más grandes.

Pero debes recordar una cosa, querida Paprika. Esos proyectos pequeños y tan poco “rentables” para tu en ocasiones cortoplazista y angosto punto de vista, a veces se convierten en los más importantes de tu vida.

Por eso, quiero decirte bien alto QUE ME HE LARGADO CON UNO DE ELLOS, Paprika. Ya no te necesito y no te voy a echar de menos. Porque estamos ENAMORADOS.

Y no me pongas ahora todos esos unos entres tus ceros. No llores. Si algo he aprendido en todos estos años es que las marcas quieren tener una relación con sus clientes. Y ese concepto que hemos convenido en llamar rentabilidad, es solo una parte de esa relación.

Sinceramente ex-tuyo

Guillermo García
Director Creativo y Copywriter Freelance





2 comentarios:

Lucía dijo...

Buenísima. Me he sentido reflejada en cada línea.

Guillermo García dijo...

Gracias Lucía.

Me imagino que somos unos cuantos cienes los que lo hemos vivido. A ver si entre todos somos capaces de encontrar un modelo más sostenible :) y en el que lo que no es grande, rentable, excelente, superior, lo más... también tenga su espacio y su reconocimiento