jueves, 21 de octubre de 2010

El orfebre de palabras

Foto de chodaboy


Últimamente echo de menos unas cuantas cosas. Y muchas de ellas tienen que ver con el viejo oficio del copywriter y de esa imagen tan suya del borrón de tinta sobre el A3 en blanco que ilustraba la portada del mítico The Copy Book.

Lamentablemente, echo también de menos un compromiso con las ideas y con todo el estimulante proceso que en una agencia solía haber alrededor de ellas.

Ese briefing que se amasaba una y otra vez con la harina del sentido común y la levadura de la intuición hasta encontrar un camino explotable creativamente. Ese brainstorming en dupla, en tripla o en lo que haga falta en el que te sentías libre de soltar cualquier barbaridad, porque pronto quien tenías enfrente iba a decir otra más aún más grande que, engarzada de una extraña forma con algo de lo que tú contaste, empezaba a tener sentido.

Ese retorcer la idea, amartillarla, pulirla cuidadosamente hasta sacarle un brillo que te erizaba el vello y que, en parte, solo en parte, ayudaba a sobrellevar la úlcera sangrante a base de pizzas casi frías de todas aquellas noches.

Igual me pongo melancólico, pero es que tengo la extraña sensación de que lo que más me estimula ahora, el nuevo territorio digital y de las redes sociales, tiene bastante que ver con la extinción de aquello que me enamoró de este oficio, las ideas y las palabras.

Algo estamos perdiendo en el camino en demasiadas agencias digitales y no me vale ese mantra impostado de "En internet no se lee" o de "¿Pero no ves cómo mola esa animación?"

Que tu nueva aventura empiece a desterrar tu primer amor, no deja de ser doloroso.

Afortunadamente, creo que fuera de las 2 grandes urbes creativas, y más allá de las grandes agencias la devoción por las ideas, sus palabras y cada una de sus comas prevalece.

jueves, 14 de octubre de 2010

Una inyección de inspiración llamada Oops.



Si algo tienes las buenas ideas es que nunca tienen una forma definida. No puedes sentarte en un puente con los pies colgando sobre la carretera, verlas acercarse desde lejos y decir mira, ahí viene.
Normalmente te atropellan. Y a mí este corto me ha pasado por encima. Es Oops una pieza de 10 minutos  (merece la pena que se los robes al café para verlo) de Chris Beckman con idea de Billy Rennekamp que acaba de ganar recientemente el Vimeo Awards Festival 2010 (http://vimeo.com/awards) en su categoría experimental.
Se trata de un “shockeante” collage construido a base de videos de usuarios anónimos que se entrelazan, conviven y se suceden con un montaje demoledor. 
Afortunadamente, las buenas ideas nunca dejan de sorprenderte.